martes, 22 de abril de 2014

Esteban o el mundo como lo conocemos.

Como cualquier niño de su edad y de su tiempo, Leo era poco impresionable. Lo había visto todo, lo había escuchado todo; había jugado todos los juegos que había disponibles, había visto todos los documentales que el hombre era capaz de producir, conocía las series más recientes y era capaz de reprender tanto a sus padres como a sus compañeros de clase ante errores básicos en el procesamiento de cualquier tipo de información. Como cualquier niño de su edad y de su tiempo, Leo era un problema para todos.

Lejos de admirarse, como el resto de las personas, de cómo “los niños de ahora son tan buenos con la tecnología”, Esteban, se sentía incómodo en la presencia de niños como Leo. Sentía una repulsión antinatural por todo lo que pudiera salir de sus chimuelas bocas, un desprecio absoluto por su sapiencia de Wikipedia y una lástima por los asombrados padres, tíos  y abuelos. 

Leo jugaba desinteresadamente a las cartas con el resto de su familia, mientras revisaba las notificaciones de sus cuentas de redes sociales en una tableta absurdamente nueva y en el teléfono móvil leía y respondía a mensajes grupales sobre “quién asquerosamente se había besado con quién”. Exigió a su madre un pedazo de panqué con mantequilla. A Esteban le parecía vomitiva la manera en la que todos se admiraban con la “habilidad del niño para hacerlo todo” y le parecía estúpido que Leo supiera que era admirado por los mayores. 

Esteban se cuidaba de no hacer evidente el repudio que le producía el hijo de su hermana mayor. Simplemente intentaba alejarse lo más posible de una situación en la que tuviera que interactuar con el genio en ciernes. Cada vez que alguien lanzaba una frase halagüeña al enfant terrible “!Carajo! Pero ¿cómo hace para usar la computadora así?” No dejaba de pensar en la frase que había escuchado decir a uno de los amigos de su padre: “el hijo propio siempre es el más guapo, aunque tenga un cuerno en la espalda”. 

Leo perdía la paciencia muy rápidamente, no era capaz de soportar que el jugador a su izquierda tardara tanto en hacer un movimiento, le molestaba que a su última foto llegaran comentarios con faltas de ortografía -los borraba de inmediato -le parecía ridículo que, por un lado, las niñas de su clase pasaran el día pegando imágenes de gatos en situaciones graciosas y que, por el otro, los niños pegaran fotos de jugadores de futbol o automóviles imposibles. Es cuando se pone a ver por la ventana. 


Hay algo en la escena que enardece a Esteban. No sabe exactamente qué es, si que los adultos se hagan pasar por completos tontos o la absurda suficiencia con la que Leo hace rabietas. En cualquier caso Esteban no está para participar en ese teatro lastimero. Decide que es hora de que todos entren en razón, de que se den cuenta de que los niños han sido iguales en todas las épocas de la historia de la humanidad, de que no hay tal cosa como “niños más inteligentes”, de que los adultos van a sentir, quieran o no, una natural fascinación por los niños. Esteban está decidido a evitar que su sobrino se convierta en un monstruo insoportable -está convencido de que aún es tiempo de corregirlo - odiado por todos. Con la mayor naturalidad del mundo -para que nadie note que está haciéndolo para derrumbar esta puesta en escena de necios -Esteban se levanta del cojín en el que está sentado para dar sus primeros pasos. 

jueves, 6 de marzo de 2014

Eclipses, oscuridad súbita e intimidad.

Recuerdo muy bien que cuando era niño me gustaba acostarme bocabajo en la cama con una almohada sobre mi cabeza pasarme una cobija por encima y formar un pequeño hueco entre la almohada y la cobija: “este es mi espacio” pensaba mientras me deleitaba ante el conocimiento de que “nadie más en todo el mundo sabe qué hay aquí”. Lo hacía a la hora de la siesta. A media tarde. 

Después, cuando crecí y tuve edad para entender los insondables misterios de Dios y el Universo en el catecismo, me sucedió que cada vez que estaba en mi espacio no podía dejar de pensar en ese Dios universal que todo lo sabe, que todo lo conoce y que todo lo ve. Fue un período de tribulación. No entendía muy bien cómo alguien o algo podía estar aquí sin que yo lo viera, o cómo alguien podría saber algo que yo no le había contado a nadie. Por un tiempo permití la incómoda presencia de Dios en mi espacio, pero después de un tiempo, decidí que no quería dejarlo entrar ahí y no se lo permití más. Mi espacio siguió siendo solo mío.

El 11 julio de 1991 había sido una fecha anticipadísima para todos en México. Sin duda fue un gran momento para ser niño y tener consciencia. Nos anunciaron que habría un eclipse total de sol que se verificaría en esa fecha. Lo recuerdo perfectamente: mis hermanos y yo estuvimos en la pendiente de cemento y piedras que llevaba al acceso principal de nuestra casa de la infancia, teníamos unos dispositivos que nos habían enseñado a fabricar en la televisión (no recuerdo si el Tío Gamboín o El Gato GC o Cositas): era una hoja de papel con un hoyo perforado en el centro. 

El evento tuvo un gran efecto en mí: fue al mismo tiempo un recordatorio y una perspectiva. La emoción de ver el día convertirse en noche y los animales apearse para dormir. Lo que sentí en ese momento sólo se podría comparar con aquella vez que las turbulencias de un vuelo transatlántico tiraron de bruces a la hermosa azafata de KLM: miedo, terror, incertidumbre, emoción. Seguramente todo lo que tenía en mente Aristóteles. 

De alguna manera, pensé, los 6 minutos del eclipse fueron una extensión de mi espacio

Hay algo fascinante en la oscuridad, algo atrayente en el secreto que sugiere. No sé si por esa fascinación que siento aún hoy por esa oscuridad súbita es que quise ser (fallidamente) dark en la preparatoria. Todo falló, hoy lo sé, porque ser dark implicaba serlo las 24 horas del día y a mí lo que me gusta es que haya pequeños momentos oscuros en el día. Esa oscuridad cegadora, que pierde los pasos y esconde los muebles. 


Todavía hoy me gusta la sensación del momento en el que se apagan las luces del cine o cuando en un salón se cierran las persianas y los ojos aún no se adaptan o cuando alguien pasa por la ventana y una sombra recorre la habitación. En esas pequeñas fracciones de segundo, tengo un espacio. 

lunes, 18 de marzo de 2013

Inspiración: el libro.

La inspiración -las ganas, más bien -de escribir, llegan en los momentos más raros. Cuando tengo una treintena de etiquetas para categorías sintácticas para datos orales que re-revisar o cuando escucho una canción o cuando me como una torta de milanesa.

Las 'ganas de' son una cosa, completamente diferente a 'tener de qué' escribir. Uno no necesariamente tiene algo interesante o innovador que plasmar por escrito o siquiera algo importante que transmitir. A veces, uno simplemente tiene que escribir. Aunque, se los digo de una vez, tampoco hay que confundir estas ganas con aquello que los 'amantes empedernidos de la literatura, los libros y la escritura' consideran como: "una necesidad orgánica, vital y equivalente a comer, dormir o -los más ineptos -hacer el amor".

Las ganas de escribir a las que yo me quiero referir ahora son, más bien, parecidas a las ganas de echarse una cervecita, a las de tomar la siesta a la sombra durante un día terriblemente caluroso, a las de echarse panza arriba al vaivén de las olas o bien, a las de visitar a un amigo/a, nomás por hacerlo.

Siempre he tenido la impresión -y reconozco que he sido incapaz de plasmarlo en cualquier lugar -de que la escritura, la lectura, la literatura y, en última instancia, el arte, son conceptos harto sobrevaluados: aborrezco aquellas actitudes del que, creyéndose iluminado-poseedor de una verdad superior, juzga a quien no encuentra en la interesantes sus mismos supuestos. Vivimos rodeados de una subespecie de alienados (por usar un concepto trasnochado) en la autocomplacencia de la manipulación un objeto elevado a un pedestal cercano al fetichismo: el libro.

Los libros brindan placer (como objeto), conocimiento (como depositario del conocimiento, historia e historias), autoconocimiento (como continuación de la memoria colectiva), lo que el libro no brinda -aquí la falacia, aquí lo que se debe combatir abiertamente -es la posibilidad de ser mejor. En todo caso, una mala interpretación de lo que el libro es potencia -como cualquier tecnología creada por el hombre -las cualidades de un sujeto: hace peor al peor, mejor al mejor y hace cambiar al dispuesto.      

viernes, 28 de septiembre de 2012

La sextuitera improvisada o el cualquierismo en el mundo virtual-digital-paralelo

Últimamente me he dado cuenta de que el mundo me cae peor que nunca. (Si fuera un escritor talentoso, diría que esa es una buena frase para comenzar una novela y aunque no lo fuera [no lo soy], creo que es una buena frase para comenzar un post. 

A ver, no nos confundamos, de por sí creo que el mundo es un tropos (por usar una expresión cara a los semiotistas) cuyas condiciones siempre resultan en una linea temporal dictatorial. Así es el mundo: dictatorial, autocrático y tiránico (tal vez por eso los gobiernos 'occidentales' tienen tanto miedo de los 'dictadores' del medio-oriente). En fin: el mundo siempre me ha caído mal, entonces ¿qué podría provocar que hiciera una afirmación como la que inicia el post? Es muy sencillo: yo tolero cada vez menos. 

Esta semana tuve la conciencia de que mi twitter estaba lleno de mensajes que reflejaban, siempre, algún tipo de inconformidad que iban desde cosas tan cotidianas como bebés llorando en el transporte público hasta los manejos indecentes de la política electoral. Para referencia cfr. https://twitter.com/RenatoGaGo  . El asunto es ¿qué podría estarme poniendo de tan mal humor? Es decir, si el mundo ha sido básicamente la misma cantaleta desde, por lo menos, que la humanidad ha tenido manera de documentar(se) a sí misma. Hay varias posibilidades: desde 'la edad adulta' (de la cual ya no tengo forma de escapar), o las (recientemente adquiridas) obligaciones laborales hasta la evidencia de que ya no estoy haciendo (necesariamente) lo que quiero como había sido los dos últimos años. 

Pensé en todas las posibilidades, era un hecho que mi humor no era el mejor, así que algo debería estar pasando para que eso sucediera; es decir, soy tan socialmente funcional o disfuncional como cualquiera: no soy un ermitaño, pero tampoco caigo bien en todas las fiestas (pero igual invítenme). Me di cuenta, después de mucho pensar, que la verdadera causa de mi malestar era la flasedad del mundo virtual-digital-paralelo' [VDP]. Y no me refiero necesariamente a los mensajes en muro de facebook el día de tu cumpleaños cuando nadie, de no ser por eso, lo recordaría, no, me refiero más bien a que el conocimiento se ha abaratado tanto que una suerte de 'explosión de eruditos' ha tenido lugar en ese mundo paralelo: todos son expertos en todo, todos son talentosísimos, cualquiera con un teléfono con cámara es capaz de hacer arte, cualquiera que tenga tiempo de rebloggear muchos blogs o tumblrs es capaz de montar una exposición vía streaming o cualquiera puede lograr monetizar su vida. Cualquiera.

No se confunda, atribulado lector, no es esto un manifiesto anti-masificación de la cultura y/o la información, al contrario. Las posibilidades de este mundo virtual-digital-paralelo son tan bastas que cualquiera puede gozar de las más diversas manifestaciones de arte, la cultura y del ARTE y la CULTURA. Eso está per-fec-tou. Lo que quiero dejar claro (y que finalmente es mi opinión) es que este cualquierismo al cual estamos expuestos en el mundo VDP ha logrado lo mismo que logra una risotada estridente y repetitiva en el bar o una tos molesta en la iglesia o un cuchicheo en la conferencia o el borracho imprudente (porque los hay divertidos) de la fiesta o la línea rosa del metro a las 19:00 o una cemita sin pápalo: una incomodidad profunda.


En fin, en fin. 

Nada es para siempre, nada es realmente posesión nuestra.   




viernes, 27 de enero de 2012

¡Sea serio, joven! / El miedo

I.

Este blog se ha caracterizado por su falta de sistematicidad, de orden, de ubicación de temas centrales y en general de estilo. Y eso es cosa que, créanme ¡oh lectores esforzados! me tiene completamente sin cuidado.

El post de hoy está inspirado (más bien el título) en una de las grandes frases que decía una de mis profesoras de la licenciatura cuando alguno de los gañanes que solían ser mis compañeros hacían una gracejada: ¡Sea serio, joven!

Pero esto viene al caso porque el post de hoy (no es que los otros no lo fueran) tiene la intención de ser serio. En fin, ahí va.

II.


¿Qué pasaría con nosotros si perdiéramos el miedo a los asaltos, a las enfermedades, a perder a algún ser querido, a la muerte? Como si un día nos despertáramos y nos diéramos cuenta de la finitud de la vida, de lo poco duradera que será nuestra memoria y, en general, de lo poco importantes que somos en el gran esquema cósmico. Afortunadamente no es así y, afortunadamente, tenemos miedo. Siempre.

     Ya se sabe, se ha dicho una y otra vez en diversas formas y por una cantidad ingente de personas que el miedo rige. Si el miedo no formara parte de nuestra dotación de humanidad (o en general de ser vivo) no seríamos capaces de mantener nuestra propia vida intacta y, mucho menos, la vida de otros. Seríamos, como se dice, inexistentes.

     Tampoco es que el miedo sea una constante del tiempo consciente y de vigilia, más bien pareciera ser que el miedo es una latencia del sueño y la inconsciencia y como tal, parece cumplir su función de manera adecuada: nos regula, evita que seamos osados de manera extrema (incluso los retadores del peligro o los que practican deportes extremos están supeditados al miedo propio o de otros, pues siempre usan líneas de seguridad, arneses, cascos, etcétera). No parece plausible imaginar a una especie sin miedo, entendido como un factor regulador de la conducta que incluye la precaución, la posibilidad de detectar el peligro, de huir o, incluso, de combatir.

     El miedo, como lo hemos presentado, del mismo modo que otras estructuras del pensamiento que típicamente no son accesibles al componente consciente del mismo, es susceptible de ser racionalizado, traído a la consciencia y, de esta manera, puede provocar comportamientos que estén basados exclusivamente en su propia consideración: habría pues una tendencia exponenciada a evaluar los resultados adversos de una acción, se detectaría peligro en cada actividad, se tendría una tendencia exagerada a huir o bien, a combatir. No es cosa simple, por lo tanto, que una persona sea consciente constantemente de su propio miedo (que no de sus miedos).

    Es un hecho evidente que el miedo puede y es manipulado con diversos objetivos y efectos: una madre le dice a su hijo que no suba las escalera porque un personaje odioso aparecerá y se lo llevará, un profesor puede enunciar a sus alumnos la serie de consecuencias funestas derivadas de no hacer las lecturas o entregar los ensayos requeridos para la clase o bien, el presidente de un país puede enumerar a su población la serie de peligros que los rodean y de los cuales, deben ser protegidos. En todos los casos vemos que la estrategia (con diferentes objetivos) es la misma: x hace ver a y los peligros de los que puede ser objeto. Cuando x hace esto está activando en y la capacidad que éste  tiene para ser consciente de su miedo, la capacidad que tiene para calcular el peligro, la capacidad que tiene para restringir su conducta y, en última instancia, la pulsión por conservar la integridad y salvar la vida.   

     Finalmente, para volver al inicio y responder aquella pregunta, la respuesta es sencilla pero no del todo evidente: si perdiéramos el miedo dejaríamos de existir, simplemente porque seríamos incapaces de conservar la integridad y salvar la vida; por otro lado, el miedo consciente provocado por el plan de x (padres, instituciones o gobiernos e incluso nosotros mismos) es, sin duda alguna, fuente de serias dificultades para la búsqueda de experiencias de cualquier tipo. Vale la pena, creo, ser capaces de reconocer aquel miedo que nos es externo, evaluarlo y considerar si vale la pena (en la medida que nos permite o no conservar la integridad y la vida) retenerlo, desecharlo o reestructurarlo o si, por otro lado, responde a las necesidades que alguien más, en nuestro detrimento, se ha planteado para su beneficio. 

martes, 10 de enero de 2012

Tres de rigor, y los regaños.

Me rehuso a la idea de que este blog se convierta en un recuento anual de pesares y una evaluación de medio año de los 'logros y limitaciones' de los objetivos del inicio del año. Por eso ni voy a 'disculparme, oh lectores, por no haber escrito en tanto tiempo'.

Lo que si voy a decir ¿por qué negarlo? Es que debo aceptar que el año pasado ha estado muy pesado, por lo menos desde un punto de vista solipsista: ha habido muchas cosas con las que me he pelado, principalmente, con mi propia forma de afrontar la vida, de asumir 'mi profesión'; he tenido que tomar ciertas decisiones de corte que a nadie le interesan, pero que a mí, literalmente, no me dejan dormir, me he peleado, más importante, con mi blog y con la 'escritura fluente y sencilla'. Lo mismo que mi forma de hablar todos los días.

I.

El otro día, hace como un mes, estaba en el intermedio para la taquiza con algunos de mis compañeros de maestría ¿no? Entonces estaba platicándole a una compañera una idea que tenía (tengo) para un trabajo. Juro por la luz de las galaxias distantes que no tenía consciencia de 'cómo estaba hablando', el caso es que otra persona que estaba cerca de nosotros y, en consecuencia estaba escuchando sin querer, me dijo: "¡habla bien!" Lo sentí como uno de esos regaños que te da tu madre cuando estás en la mesa y accidentalmente le pegas a la cuchara y la sopa sale volando hasta la cara de tu tía o cuando, en el kinder (eso era antes, creo que ahora a los niños los dejan hacer cualquier atrocidad), la maestra te regañaba y te mandaba a dar una vuelta al patio por escupirle al jugo de tu cumpañera. ¿ya saben? Esos regaños que uno se gana sin saber exactamente qué fue lo que hizo mal. En resumen: no sé a qué se refería, tengo una idea, pero no estoy seguro. Lo que me lleva a lo siguente.

II.

Tengo la sensación de que cada ve tengo menos cosas de que hablar, el otro día alguien en un twitt (@palabrante) lo resumió de una manera que me parece excelente para el caso:

" En esta vida nada es peor que tener que estudiar tanto."

Y no se confundan, lectores, no me refiero a ese estudiar álgebra para el examen de segundo de prepa, a ése estudiar para el examen de estadística o ése estudiar memorístico de fechas y recuerdo colectivos. En verdad, como cualquier otra actividad, cuando es tomada en serio, estudiar efectivamente nos aleja un poquito de otras cosas aparentemente más sencillas. El caso es que este fin de año pude darme cuenta de que, en reuniones con diferentes personajes (unos bien conocidos y otros nuevos), hay cada vez menos cosas de las que puedo hablar. Tampoco se confundan, no quiero llegar a "bla, bla, bla, estudiar es una tragedia que estoy dispuesto a sufrir por el bienestar de la humanidad en su totalidad y bla, bla, bla." Nel, no soy ése, la verdad es que, de todos modos, no puedo ver mi vida de otra manera en este momento.

III.

He llegado a la conclusión de que, nada de lo que haga me hace mejor que nada.

Y que la vida de uno se mide en función de capítulos de Los Simpsons, pero eso ya lo sabíamos.

sábado, 5 de febrero de 2011

Vamos por partes.

I.

Hablemos de música: exponente y consumidores. Supongo que siempre ha sido así y que no estoy haciendo otra cosa más que reproducir una actitud que ya tiene muchos ciclos y que, además, quién sabe cuándo va a dejar de ocurrir (tal vez nunca); sin embargo ayer me di cuenta -de manera definitiva- de que estamos irremediablemente condenados a vivir un loop infinito.

De manera más bien azarosa e inesperada terminé en un concierto de Las Víctimas de Dr. Cerebro en un lugar más bien bonito, por lo que por momentos me dio la sensación de que la banda estaba algo 'descontextualizada'. Esta apreciación no es; sin embargo, el objetivo por el momento.

Antes de disfrutar del rarísimo espectáculo de Las Víctimas, tocaron como seis bandas completamente desconocidas, las edades de los integrantes oscilaban entre los 19 y 25 años de edad, máximo. Lo inquietante no es, no te confundas esforzado lector, la corta edad de los mozalbetes, sino el hecho de que cada banda sonaba a otra banda y, a su vez, cada chicuelo, actuaba como otro de otra banda: ahora sonaban a una versión famélica de Black Sabbath, ahora a la versión más desnutrida de Metallica o ¿qué tal sonar a la versión gringa y chafa de The Sex Pistols? Los estilos entre canción y canción de una misma banda podían ir desde Marilyn Manson, pasando por Van Halen, hasta desembocar en la rondalla de la secundaría (con guitarra distorsionada). En fin, bien entiendo que la originalidad no sólo es un problema mental de algunos cuantos, sino que también es una cosa difícil de lograr, pero ¿por qué hacer copias fieles de algo que ya existe?

Como dije, asumo que se debe a que estamos condenado a vivir en loop infinito y, seguramente, esto que estoy haciendo yo ya lo hizo algún desganado dandy venido a menos allá por el siglo XIX.

II.

Las víctimas del Dr. Cerebro son, ¡oh, qué duda cabe! Una de las bandas más grandes de este país, una banda subvaluada, a quienes la justicia no les llegó en su medida justa. Ayer mientras escuchaba El Santo, me pregunté "¿en qué momento permitimos en este país que surgieran bandas como Moderatto o Moenia, cuando tenemos a Las Vícitimas?" Lo creo firmemente. Soy su fan de ellos.

"nagual con cara de paisano, nagual con su pulque en la mano"

viernes, 4 de febrero de 2011

de viajes y camiones

Cada vez que inicio un viaje, sea largo o corto, sea en avión, en camión o en metro, siempre tengo el deseo secreto de que no se acabe. No me refiero al destino, sino específicamente a la transportación. Nada como mirar por la ventana de la línea 1, de la México-Puebla o de las nubes.

sábado, 15 de enero de 2011

Apuntes

Como los enunciados de la relatividad lo anticipan, nada hay en la realidad o en las ideas que sea por sí mismo completo e inmutable. La perfección de la realidad objetual sólo puede ser imaginada a través de un sistema de creencias (proposiciones) que poca o ninguna relación guarden con los objetos o ideas que representan.
Por lo tanto, imaginar un sistema que por sí mismo sea y explique lo que es parece una paradoja descriptiva.

martes, 9 de noviembre de 2010

Los tres movimientos

Tengo la mala costumbre de escribir en papelitos las cosas que después voy a escribir en grande, pero resulta que esos papelitos siempre se van a la basura junto con mis boletitos del trole o con los tickets del café y los brownies Marmota y después, cuando quiero escribir, pues ya no tengo una chingada idea de lo que iba a escribir. Afortunadamente hoy tengo una servilleta que está aquí conmigo.

(i)

Mentira vital número 35:

La idea de que la gente reservada, callada y/o solitaria tiende a ser más triste que la gente extrovertida y rodeada de personas.

(ii)

Vuelta a pregunta milenaria: ¿Se han preguntado dónde están ahora mismo cosas que en algún momento estuvieron en sus manos?

Esta pregunta ha inspirado y desesperado a eruditos de todas las épocas y culturas. Se dice que hasta el propio emperador Hiroito mandó a ejecutar a un respetado filósofo de la china continental que estaba de visita en su corte por hacerle esa pregunta.

En la cultura occidental podemos citar el famoso "La vida secreta de las obras de arte" o bien "La vie reveè des anges". En fin. Juguetes, papeles, bolígrafos, lápices, billetes y monedas: objetos efímeros. También piensen en objetos caros al ánimo: manos, dedos, cabellos, fotografías; o bien, objetos importantes: credenciales robadas y perdidas, libros olvidados, teléfonos. ¿Dónde están ahora, lector esforzado, mientras lees esto?

Yo pregunto: ¿dónde carajos estará mi iPouch? En las sucias manos de qué desconocido pasa sus días, en las manos de qué sucio e ignorante neófito gasta su pantalla táctil. Finalmente, sus aplicaciones (memoria electrónica de lo que fuimos) ¿seguirán en él porque el código que le puse no lo han podido desbloquear o, por otro lado, al resetearlo a su configuración de fábrica, ese recuerdo habrá sido ya borrado? Esa y otras preguntas taladran el pensamiento de filósofos de todo el orbe.

(iii)

Hecho de la vida: las mujeres se reúnen para hablar de hombres:

Mientras me tomaba un café no pude evitar escuchar algunas frases a dos parejas de amigas: "pues ya ves que era arquitecto" -le dijo una a la otra mientras se golpeaba los muslos. "Pero no me dijiste que venía con tu prima" -reparó la otra- "Sí, pero ves que creímos que era su novio o así. Pues no, después cuando nos pusimos a platicar los tres, en un rato que él se fue a comprar cigarros, le dije a ella, así como para sacarle información: 'oye, sí está guapo tu chavo'. Y ya, ella que me dice: 'no para nada, si no es mi chavo: yo nomás lo traje, porque te quería conocer." En este momento todos en el café volteamos en dirección a un rinconcito donde las dos amigas dejaban salir de sus gargantas sendos chillidos. "¡Cómo crees!" -le dijo la amiga - "Sí, goei" -continuó su relato- "dijo que me quería conocer porque había visto mi perfil de feis una vez en la oficina y así. Y ya, le preguntó a mi prima, porque ves que trabaja ella en un despacho de arquitectos, que quién era yo, que cómo le podía hacer para conocerme, que dónde trabajaba, que si era soltera y así. Y ya, mi prima: 'pues es mi prima, se llama tal y trabaja en tal y no, no tiene novio ni nada.' Y ya, que lo invita a la fiesta de mi primo y tal. Y ya, o sea, ése nomás era el pretexto para juntarnos porque en realidad él ya sabía cosas de mí y así."


En e-s-t-e punto: gritos

y

risas que disimulaban muy mal la excitación.


martes, 19 de octubre de 2010

Estadística errónea / Diccionario del Español de México

(i)

Acabo de despertar de la siesta y no sé exactamente-qué me motivó a levantarme para escribir este post. Ah sí, el café. Esa bebida maravillosa sin la cual mi vida en los últimos años sería (¿más saludable? menos divertida o, por lo menos, menos sufrible.

Antes de echarme a dormitar se me ocurrió establecer el orden de la música de mi iTunes, no por artista, no por título y no discos, sino por el número de veces que se ha reproducido una canción, en orden descendente. La verdad es que me llevé una sorpresa. Voy a copiar aquí el top 10:

Posc. Canción/Autor Reproducciones

1. Horse and I/Bat for lashes 1117
2. Neon Bible/Arcade Fire 1094
3. The Gap/YSPWSD 1050
4. This is not a test/She&Him 907
5. I'm gonna make it better/S&H 904
6. South again/Maia Hirasawa 776
7. I'm a cuckoo/Belle&Sebastian 687
8. TheStockolmSyndrome/YSPWSD 570
9. Back to Boston/The Rosebuds 545
10. Crwon of Love/Arcade Fire 537

La mera* verdad es que me sorprende que esté hasta arriba y con esa cantidad de reproducciones Horse and I (seguramente la habré reproducido más veces). Las estadísticas de iTunes deben estar chuecas, recuerdo haber repducido más otras canciones y menos otras. Por ejemplo no recuerdo haber reproducido 1050 veces a You Say Party we Say Die! Aunque Tal vez sí, ahora dudo de todo. Me sorprende de estas estadísticas de iTunes que discos completos y que sí he escuchado (de eso estoy completamente seguro [¿o no?]) están en el fondo del arragement con cero (0) reproducciones, como mis discos de Tool o de Skip James. Está rarísimo. Quién sabe de qué dependerá que te cuenten una reproducción. En fin. Si fuera una estadística fidedignea sería de incalculable valor interpretativo; sin embargo, fallida como es, no pasa más allá de lo anecdótico.

(ii)

¿Notaron que a la palabra mera que se encuentra en el apartado anterior le puse un asterísco? ¿No? A ver, véanlo. Ok. Pues eso lo puse porque me recordó que hoy asistí a la presentación del Diccionario del Español de México (DEM) que ha sido trabajado por el Dr. Luis Fernando Lara (gran lexicógrafo, erudito) y un equipo, no me cabe la menor duda, del más alto nivel en el Colegio de México. Su propuesta fue crear un Diccionario que fuera equivalente (y mejor) al Diccionario de la Real Academia Española (DRAE), que fuera un diccionario de consulta y 'autoridad' y al mismo tiempo, reflejara también la realidad lingüística y léxica de México. La empresa, sin duda, ha sido lograda y, con creces, ha superado sus metas iniciales. El DEM contiene desde lenguaje científico y técnico, hasta palabras de uso popular, pasando por jergas periodísticas y políticas siempre conservando la perspectiva de México. Recordemos que el DRAE había fungido, por siglos, como única referencia reconocida a la hora de dudar o desconocer el significado de alguna palabra; sin embargo, como apuntó el Dr. Lara, si buscas la definición de corte esta te remite a la familia del rey y sus acompañantes y eso, obviamente, nada tiene que ver con lo que sucede en México ya que nunca (salvo un período risible de nuestra historia) tuvimos un emperador o rey. Y así sucede con muchas palabras del uso cotidiano y del no tan cotidiano.

Es casi un consenso generalizado entre los lingüistas no-hispanos, que ya va siendo hora de cortar la dependencia que la RAE ha provocado con siglos de intransigencias lingüísticas, con siglos de llamar 'barbarismos' 'indigenismos' 'mexicanismos' 'argentinismos', etcétera, a la lengua que ellos no hablan. Es casi un consenso generalizado que hay que hacerles ver que ellos no son sino una pequeñísima fracción del espectro que se ha dado en llamar español y que no pueden imaginar que gobiernan sobre una gama léxica que los desborda y desconocen. Incluso dentro de España misma.

La propuesta es, oh lector emancipado, que nos acerquemos a la obra del Dr. Lara, que sustituyamos paulatinamente la referencia obligada al DRAE por el DEM. Yo por mi parte estoy seguro de que, si tengo chavos, los voy a educar con esta obra. Tengan un poquito de paciencia, porque todavía no está a la venta, pero pronto, muy pronto, estará.


jueves, 14 de octubre de 2010

Enojo

¿Han sentido el deseo enorme por perdonar y simplemente no lograrlo? Así, encontrarse en un estado constante de enojo, de punzadas en el estómago. ¿Han sentido el deseo de legítimamente entregar las decisiones de su vida a una consciencia superior para dejar de, por un momento, ser responsables del enojo que sientes hacia alguien? ¿Han intentado, por todos los medios dejar de pensar en aquello que trae el recuerdo de aquel enojo, pero encontrarlo en todas partes, una y otra vez, el recuerdo: un flashazo, un olor, una risa un aroma, una calle, cualquier cosa?

¿Qué procedimiento, alquimia o pacto debe hacer uno y con quién, para lograr olvidar y perdonar? Me queda claro que no es cuestión de voluntad, no es cuestión de desearlo, pues ese enojo llega cada vez, sin buscarlo, con el simple recuerdo. ¿Será simplemente cuestión de tiempo? El tiempo lo dirá.

sábado, 11 de septiembre de 2010

Terceros molares / Dolores ancestrales

AAAAh! Qué dolor!
Desde el principio de la semana anterior he tenido una persistente molestia dental: las muelas del juicio de mi lado derecho están empujando inclementemente. Es una lata. Aquí lo que algunos expertos piensan de las muelas del juicio. Comencemos con una definición:

"Wisdom teeth, also known as third molars, are the last teeth to erupt in your mouth. This generally occurs between the ages of 17 and 25, a time of life that has been called the "Age of Wisdom."

Como se ve, aparentemente la aparición de los terceros molares se relaciona con la sabiduría (al menos en inglés) y en español con el juicio (supongo que con el buen juicio). Como sea es una chinga tener que soportar la molestia que implica la presión constante de esos dientes contra los demás, los hace sensibles, cuando masticas duele, las cosas que antes disfrutabas comer son ahora un lamento constante. Así se ven dentro de nuestra boca:



Como ven, las muelas del juicio tienen la linda característica de salir de manera horizontal con respecto al arco bucal. ¿Por qué? Mi hipótesis es porque estamos a la mitad de una transición evolutiva, es decir, que aún no terminamos de adaptarnos completamente a nuestro medio. Veamos qué dicen los expertos:

"Anthropologists note that the rough diet of early humans resulted in the excessive wear of their teeth. Normal drifting of the teeth to compensate for this wear ensured that space was available for most wisdom teeth to erupt by adolescence. The modern diet, which is much softer, and the popularity of orthodontic tooth straightening procedures produce a fuller dental arch, which quite commonly doesn't leave room for the wisdom teeth to erupt, thereby setting the stage for problems when the final four molars enter the mouth."

Pues sí, más o menos tenía razón, la cosa es que antes comíamos cosas más duras, lo que provocaba que se nos cayeran algunos dientes y dejaban espacios vacíos. De este modo, cuando las terceras molares salían pues tenían más espacio para brotar y así, sustituir de alguna manera los dientes perdidos. Qué joda! Ahora resulta que cuidarse los dientes trae consecuencias molestas. Ni hablar. Tendré que hacer que me las remuevan quirúrgicamente. Sí.

Ahora lo interesante será saber cuánto tiempo le llevara a nuestros genes asimilar que ya no necesitamos estos dientes y, que eventualmente desaparezcan o se modifiquen. Tal vez la evolución nos lleve a tener dientres frontales más largos y delgados debido a la falta de dureza de nuestros alimentos, o todos se hagan más pequeños y ocupen menos espacio dentro de la boca. Qué pasará? Quién lo sabe!

*Nota, la información de los expertos fue tomada de: http://www.aaoms.org/wisdom_teeth.php







lunes, 16 de agosto de 2010

Día malo/a la búsqueda del apodo chido/fiesta de último momento


Hoy el día amaneció mal, siguió mal y parece que va a terminar mal. Mientras escribo esto mis queridos Pericos de Puebla están perdiendo la serie final del campeonato de beis bol.

Todo por es estoy así, como alcohólico sin poder leer todo lo que tengo que hacer
Hay un montón de cosas que quiero hacer, pero tengo también tanta hueva que creo que mejor me voy a dedicar a dormir un poco. Hoy en la mañana me desperté y pensé que es muy loser no tener televisón. Ahora reflexiono que me estoy perdiendo series como Lo que callamos las mujeres, Los resúmenes deportivos y las noticias dictadas por El Ticher López-Dóriga. No sé qué hacer para conseguir una, así, baratita. ¿Quién quiere ser mi intermediario?

**

También me preocupa no tener un apodo chido para mí mismo. La gente que tiene apodos para sí mismos ¿qué pedo? Se me hace que por eso no soy estrella del Twitter ni del Blogger. También aceptamos propuestas para apodo chido.

Hoy llegué a mi casa y había un olor 'bien extraño'. Me puse como loco porque me chocan los olores raros, sobre todo en mi casa, así que limpié y limpié. Cuando me di cuenta habían pasado nada más y nada menos que dos horas de pura limpieza y limpieza. Definitivamente necesito encontrarme cosas qué hacer.

**

Esta foto no la había trepado. Es vieja pero está chida (me gustan ese tipo de restricciones)


**

Me acaba de llegar la invitación para una fiesta de bienvenida a la maestría pero: "les pido que no inviten a otras personas". jiji.

Me encanta la recomendación así que ni modo, no los podré llevar.

martes, 10 de agosto de 2010

twitter kill blogger star

Hoy recomienzo mi blog. Lo recomienzo ante dos realidades completamente ciertas: 1. El hecho de que cada tanto lo recomienzo, una y otra y otra vez y 2. Lo recomienzo ante la verdad de que he pasado un período en el que, como platiqué con @Zavet, me encontraba completamente triste porque los pocos lectores que tenía (ávidos o no) se volvieron estrellas del Twitter y dejaron de interesarse en hacer lecturas de más de 140 caracteres. En fin, ya no hay lugar para quejas o para hacer este debate que ya es viejo, de si Twitter mató a los bloggers. Me rehuso.Les cuento dos cosas: primero que me cambié de casa, de ciudad y de hábitos. En realidad no quiero ahondar en eso y hacer una apología de los sufrimientos, de los cambios y de las cosas que uno ha dejado. Pero sí quiero hacer énfasis en el hecho de que efectivamente, aunque venga de un lugar que está a dos horas (Puebla) de aquí (Distrito), es cierto que cuesta un poco (por lo menos más de dos semanas) comenzar a llamar a cualquier lugar nuevo 'mi casa'.

En segundo lugar: las condiciones que me traen a este nuevo (y viejo) lugar, son 'académicas' y, por lo tanto, el turismo está un poco limitado. Como sea, este blog revive, con los bríos que me traen estos cambios.

A continuación les voy a presentar una bonita colección de pétalos fotográficos:


De Puebla extraño a estas reinas que siempre, siempre, tienen este color intensísimo.


De Puebla extraño también, la soberbia de los atardeceres y los amaneceres nevados de este carnal. Los volcanes, ciertamente, son mucho de la idea que tengo de esa ciudad.


De Puebla extraño con locura a Gugu, el perro de la ve
cina que venía a visitarme por las mañanas y me ladraba contento por la noche cuando regresaba a casa. Cualquiera podría confundirlo con un perro de la calle (y no estaría tan equivocado) pero si le ponen un paliacate rojo en el cuello... es otra cosa.


Extraño, evidentemente, otras cosas. Pero no discutiré sobre eso.


Ahora pasemos todos juntos a ver un video que nos recuerda la primera parte de la discusión de este blog nos recuerda, también, que los desplazamientos de una generación por otra, de una moda por otroa, de un medio por otro y de unas personas por otras, es un proceso perfectamente cíclico e inevitable. Así que, por favor, paremos de mamar con esas cuestiones de 'ser únicos'.





The Buggles - Video kill radio stars

"...we can't rewind we've gone too far..."


Como ya lo han dicho Los Jesuitas: "recuerda tus postrimerías, para nunca más pecar".

Para finalizar: desde aquí estoy posteando ahora. Espero que algunos de mis viejos lectores regresen (y de paso que haya algún nuevo).





miércoles, 2 de junio de 2010

Lomo!


Después de mucho, mucho tiempo, finalmente tengo una Lomo a mi disposición (¬¬, aunque no sirve).

Hace tiempo que ya existe un movimiento fotográfico que se conoce como Lomografía, que consiste justamente en tomar fotos pero, en respuesta a la facilidad que tenemos de acceder a tomar fotos digitales, este movimiento más bien pretende hacer un regreso a la fotografía 'clásica' con películas fotográficas y cámaras mecánicas.

La característica especial de este movimiento es que usa exclusivamente una marca de cámaras que se produjeron (y producen) en lo que fue el antigüo bloque comunista, en la URSS. Hoy se me hizo llegar una de esas cámaras, la Lomo Smena Symbol, con la consigna de que le repare el disparador. Ya les diré si lo logré o no.

Aquí la cámara:


¿Verdad que está bonita?


lunes, 3 de mayo de 2010

., .., ...

.

Las esperas, las ascuas o los Jesuses-en-la-boca nunca son buenos consejeros ni buenos acompañantes. Invariablemente uno termina por odiar cada minuto por venir, por aborrecer cada segundo perdido.

..

Otra vez es la fuerza de la música la que nos convoca, oh entrañable lector, otra vez ese espasmo cerebral, otra vez esa sin-razón e in-comprensión.La capacidad de la música, de la poesía y de la aliteración una vez más ha demostrado que revelar el interior de cualquier ser humano (apelando a su animalidad) aún en estos (citando la paradigmática cinta) tiempos violentos, es posible.

Una de las mejores canciones de este año (no que haya sido lanzada este año, sino que yo la conocí este año, es, sin duda Folklore, del trío nippon, Clammbon. Tan sólo escucharla, aún sin entender lo que dice, nos transmite en seguida el sentimiento viceral de que se trata de algo maravillosamente sencillo y trascendente a la vez. Sin pretensiones casi siempre es posible transmitir y percibir esos momentos.

Aquí el video:





Adicionalmente, oh encantadores amigos, el cover que hace que nos hace recordar que hay covers buenos. Este es una versión de la canción que acabamos de escuchar de Clammbon, pero re-hecha por el respetado DJ japonés, Nujabes. El nombró a su versión Imaginary Folklore. Ven la maravilla?




Es una maravilla, ninguna de las dos me gusta más. Es una pena, Nujabes murió el 26 de febrero pasado con 36 años de edad en cierto accidente carretero en Japón. Son el tipo de cosas que, como la canción, aunque no la entienda del todo o esté lejos cultural y espacialmente, no puedo evitar un sentimiento de vació.


...

Pues ya se me acabaron las clases. No seré más un maestro. Creo que por un lado está bien, un poquito menos de estrés a mi vida diaria, aunque reconozco que ya me había habituado un poco. Espero, viendo en prospectiva, que los planes y la evolución vayan por el camino visualizado. Luego les cuento.

sábado, 10 de abril de 2010

Algunos de ustdes pueden conocerla por la reciente 500 days (of Summer) o bien, pueden encontrar ese maravilloso parecido que guarda con su hermana, la protagonista de la serie policíaca Bones. Qué bonita canción.

She & Him - This is not a test.

miércoles, 31 de marzo de 2010

...

¿Qué es eso a lo que llamamos: tenemos tanto en común? ¿Qué son las afinidades? ¿Dónde comienza la compatibilidad verdadera y dónde la producción cultural en masa?

Hoy estuve -frente a frente -en el transporte público con quien, de no ser por mi proverbial y bien conocida incapacidad para abordar al sexo opuesto, con quien podría definir como 'mi alma gemela', mi media naranja: el amor a primera vista. Era ella delgada (tanto como yo), era ella alta (un poco menos que yo), era ella de un tono de piel muy cercano al mío. Ella subió y lo primero que noté fue la gama de colores que la vestía: morados, lilas y guindas curiosidad que relacioné de inmediato con el tapete de poliuretano perfectamente enrollado que colgaba, hábilmente atado con una cuerda morada por ambos extremos, de su brazo derecho: iba a clases de yoga.

El sol de la media tarde - 5 pm -se dejaba sentir acompañado de una brisa que comenzaba a refrescar el ambiente. El bochorno del medio día se comenzaba a disipar. Yo estaba sentado dentro del transporte con una playera tipo polo color azul, lentes para sol, jeans azules ajustados y estos tenis cómodos que me encontré el mes pasado. Ella subió con lycra morada, blusa blanca, larga sobre la cual otra blusa -que de no tener la otra por debajo, dejaría ver gran parte de su abdomen, sus hombros y clavículas -una maleta de mano, de color guinda y lentes para sol.

Una vez que se hubo instalado (ignorando el pequeño universo al que irrumpía con la mayor ligereza) pensé "¿por qué no?" me retiré los lentes y le sonreí (mientras mentalmente tarateaba white collar boy), casi como un espejo, hizo lo mismo: pausadamente se quitó esos lentes de aviador, me devolvió la sonrisa y con la misma fugacidad ambos volvimos a la comodidad de las sombras. Saqué mi iPod y sintonicé Park life para digerir lo que había sucedido. Ella hurgó en su bolsa de mano y sacó un libro de Murakami. Estuve a punto de comentarlo, pero luego miré sus tenis y los míos. Pensé que eramos tan parecidos, tan sospechosamente parecidos.

¿Qué tantas posibilidades hay en estos días de tener los mismos gustos, las mismas actitudes, las mismas lecturas, los mismos hábitos y los mismos tenis? Sólo basta con ir a los estantes de las librerías: ahí está Murakami, basta con ir a cualquier tienda departamental o zapatería: ahí estarán los mismos Converse; basta con vivir en la misma ciudad, con ir a la misma universidad, ver los mismos programas de televisión.

Ahí se me acabó la excitación, la pasión y el amor.

lunes, 29 de marzo de 2010

Fígarooooo!

He pasado gran parte del día con G, quien, por cierto se la ha pasado trabajando me consta. Nos la pasamos pendejeando acerca de algunas cosas que sucedían en nuestras infancias, principalmente el tipo de estímulos televisivos a los que estábamos expuestos (una generación después que en Estados Unidos): Woody the woodpecker, Bugs Bunny, etcétera. En los que, de sobra está decirlo, la violencia gratuita eran la consante.

Pues nos recordamos principalmente de aquellos capítulos cuya temática estaba definida 1) por el Barbero de Sevilla y por 2) Fígaro. Hicimos un repaso por todos los episodios que recordábamos: el de Bugs usurpando el lugar del famoso director Leopold y obligando al pobre tenor, como venganza por no dejarlo tocar su banjo, a alcanzar las notas más altas y sostenidas en Fígaro! Fíiiiigaaaaroooooo!.


Además recordamos el antiguo, comercial de Alka Seltzer


Discutimos, mientras saboreábamos tacos árabes , cómo esta ópera ha penetrado de tal forma en la cultura popular y cómo, desde chavitos, estuvimos muy conscientes de la inmensa diversión que representa.

En fin.

domingo, 14 de marzo de 2010

Pescado y futbol

I.

No me gusta comer pescado y tener hambre otra vez tan sólo hora y media después. Me hace sentir como un barril sin fondo. Lol.

II.

Por primera vez en la historia soñé que estaba desnudo -semi desnudo más bien -y me importaba que la gente me viera. Pero sólo por un momento, porque inmediatamente mi desnudez pasó a segundo plano cuando un niño de primaria se chingó mis tenis y se los guardó en su mochilota.

III.

No se cansan de ver partidos de futbol y que la gente a su alrededor jure que el árbitro le robó a su equipo? Eso siempre me pasa cuando veo los partidos del Puebla de la franja con alguno de mis hermanos: como nunca ganan, siempre el árbitro les roba el partido. Puaj!


sábado, 13 de marzo de 2010

Update

I.

Acabo de ver una de esas películas que inmediatamente te atrapan. Conforme van avanzando los días y los años, se me sigue agudizando la sensación de que todo pasa cada vez más rápido y así, "los días se convierten en semanas, las semanas en meses y los meses en años". Bonito lugar común.

The perfect you (2002) es una de esas películas que, por alguna razón, me tocan. Sí, sí, aparentemente es una comedia romántica, aunque un poco atípica. En fin, si pueden encontrarla, búsquenla, no sé ni cómo la tradujeron al español o siquiera si la vimos aquí.

II.

Ayer me bebí tres Carolus en la noche. Abrí la ventana, apagué la luz, me tumbé en la cama, conecté el iPod a las bocinas y puse todos mis discos viejos de Oasis. Qué extraño es pensar en que 'Be here now' ya tiene 13 años, que hace 13 años, yo tenía 13 años. Mientras el sopor de la fermentación que tenía lugar en mi panza me llevaba a desvanecimiento de la consciencia, tuve una epifanía: los finales de las canciones de Oasis siempre han sido muy largos.

III.

Alguien interesado en ayudarme para hacer el resumen crítico de mis lecturas? Me llevará tiempo, porque ya no estoy tan acostumbrado como antes. De verdad que podría comenzarlas hoy, pero mi impresora está de un berrinchuda desde hace tiempo y no quiere imprimir. Y ya. Bueno, todavía no, la cosa es que me da emoción la perspectiva de volver a lo escolarizado. Esperemos que se arme y entonces ya les estaré contando otras cosas.




lunes, 15 de febrero de 2010

Sueños y sueños de la realidad

Desde hace no poco tiempo me encuentro preocupado por algunas cosas: la vida, el paso del tiempo y todas esas monadas. También ha recomenzado mi obsesión ancestral por pensar en la trascendencia, en lo infinito y lo finito: a sentir esa creciente admiración por la negrura de la noche y el salto del estómago con las expresión sencillamente complejas del lenguaje de las matemáticas: sí, siempre me sentido fascinado por los números y sus secretos.

Esto se ha exponenciado en los últimos meses: la lectura de algunas novelas, la relectura de los tratados y diálogos filosóficos de algunos de los físicos de la primera mitad del siglo XX y, como pináculo, ciertas charlas que sostuve con algunos físicos del INAOE aquí en Tonantsintla.

Debo confesar que nunca me cansaré de admirar (y por qué no aceptarlo, envidiar) la sencillez de sus formulaciones, la certeza de todas sus incertidumbres y la poca seguridad de lo que observan. La física, a pesar de que me dediqué a estudiar el lenguaje, ha sido mi más grande inspiración, el centro de mis reflexiones y la única parte de mi vida que, desde que tengo memoria, ha permanecido constante e inamovible.

Ayer tuve uno de los sueños más extraños que recuerdo, soñé con Werner Heisenberg (o lo que creí que era él): estaba mirando una foto antigua, en ella habían muchos personajes y en el centro una figura y debajo de ella "Heisenberg". Me emocioné mucho.

Desperté sobresaltado y algo en mí despertó conmigo. Emoción.




"Heisenberg"


Nunca se me ocurrió buscar una foto de él hasta ahora: no se parece al Heisenberg de mis sueños, pero esta imagen me emociona igual.

viernes, 15 de enero de 2010

El empoderamiento de los enanos

Todos hemos escuchado alguna vez (o por lo menos hemos visto la versión Disney) el cuento de Blanca Nieves y los siete enanos. Yo también y la verdad no recuerdo cuál de los siete era el más mezquino, estoy seguro de que no era Gruñón, él tenía su encanto. Si hubiera uno de ellos que se llamara "Enano Mezquino" y luego tuviera el poder para ser el rey de la comarca, haría lo que hoy viví.
La historia es como sigue: imagínense la ciudad de Puebla (para los que no la conozcan), es una ciudad, que se encuentra en medio de la cuestión, entre las grandes ciudades del país -Monterrey, Guanatos y el DF- y las ciudades con calor provincial como Oaxaca, San Luis, Querétaro. Es demasiado grande para ser una provincia pero demasiado pequeña para ser una metrópolis. Tiene grandes rezagos en infraestructura: las avenidas suelen ser insuficientes la mayor parte del día para la cantidad de autos que circulan por ellas, hay grandes desarrollos de vivienda a los que sólo pueden acceder una fracción de la población total, mientras que el resto vivimos en pueblos tragados y asimilados por la mancha urbana. Tipo Coyoacán o la Magdalena Contreras.

Como todos los estados de la república, Puebla, tiene un gobernador. Sí, todos lo conocemos mejor como: el góber precioso. Y como todos los personajes de la política del país, tratan de demostrar que han trabajado una vez cada año, típicamente, en su informe de 'labores'. Como el lector aguzado podrá imaginar, este es un evento grande, masivo y dirigido a los medios de comunicación y compañeros y enemigos en el poder. El citado gobernador rindió hoy su informe de labores: no me pregunten qué dijo que hizo, no me pregunten quiénes llegaron y no me pregunten dónde lo hizo. Lo que les puedo decir es que nunca, como hoy, vi un operativo de tránsito y seguridad tan impresionante como hoy. Avenidas enteras vacías porque los oficiales de tránsito, en cumplimiento del deber, desviaban tanto a pedestres como automotores para que desde kilómetros antes nadie importunara la llegada de los invitados y no afeáramos el panorama de sur de la ciudad que está quedando muy bonito.

Supongo que nuestro personaje no podía arriesgarse a que nosotros arruináramos su gran día, el día en que quedará decidido su carrera política, el día en se pavonearía ante las cámaras de TV cuán feo es. Mientras tanto, a nosotros que nos cargue la chingada, que lleguemos tarde al trabajo, que nos desquiciemos en el hacinamiento y que nos descuenten los días.

De verdad, y esto no es privativo de la 'provincia' vivimos en un país cuyas prácticas políticas son la risa producida por un mal chiste escatológico: como tirarse un pedo en el discurso de graduación.

Espero que los enanos (el federal y el local) se bajen ya del banquito y les arrebatemos el poder que nos les pertenece.