lunes, 16 de junio de 2008

Observaciones preliminares

Trás un par de visitas al baño del gimnasio auditorio de la Ibero, en cierto evento el fin de semana pasada, pude, al fin, sistematizar una observación que venía haciendo desde hace unos cuantos años. Resultó que pude afinar una serie de suposiciones y observaciones del sentido común, todas en función de la pregunta: ¿qué cosas hace la gente (los hombres) en el baño?

Los resultados fueron los siguientes [obvio, la clasificación es objeto de modificaciones y adhesiones]:

1) La gente gime.
1.1. de placer: cuando están frente al mingitorio y están por concluir su micción
1.2. de disgusto / dolor: cuando están encerrados en sus cabinitas privadas

2) La gente aprovecha para medicarse.
2.1. Toman pastillas
2.2. Jarabes
2.3. Se aplican unguentos
2.4. Soluciones óticas y oftálmicas

Éste comportamiento es especialmente interesante y da pie a otra línea de observación siguiendo la pregunta: ¿por qué en un ambiente semi salubre como el baño, la gente toma y se administra medicamentos?

3) La gente aprovecha para acicalarse en general:
3.1. Acomodarse los ropajes
3.1.1. se acomodan la camisa
3.1.2. la corbata
3.1.3. el pantalón
3.1.4. limpian / amarran sus zapatos

3.2. Lavarse la cara
3.3. La gente se peina

4) Y, como era de esperarse y es obvio, la gente se tira pedos.


sábado, 7 de junio de 2008

Noche de lluvia

Sentado de enmedio de la noche, con una brisa ligera, ante lo que en algún momento represntó demasiado y ahora es sólo el residuo de una memoria lejana, de una memoria familiar al fin, me siento, fumo y pienso:

(...) en éste rincón del mundo donde todo permanece estático, inmóvil.
Aquí estiy yo, solo.


La familia, los recuerdos y los restos de mis ancestors, se han velado aquí, en mi calvario, el calvarito, en El Calvario familiar.

lunes, 2 de junio de 2008

Ah! Kumiko

Soy una de esas personas, lo sabes, que sostiene que la vida se refuerza con y a través de la ficción. Si consideramos amabas como formas diferentes -talvez complementarias -de realidad; entonces podrás afrimar, igual que lo hago yo, que juntas, vida y ficción, son la suma de la realidad.

El señor Okada, deseoso de descubrir la realidad que ocultaban sus memorias y recuerdos, decendió a un pozo profundísimo, donde el aire se mezclaba con los gases del musgo y el frío contrastaba terriblemente, con la luz de la superficie. Sentado ahí, temeroso, con una lámpara de mano y una cuerda de nylon y algodón como su único medio para salir de ese pozo recordó:

(...) cuando conversábamos, de manera normal o apasionada, a veces enmudecía, súbitamente, sin más. Callaba de repente en mitad de la conversación sin ninguna razón especial (o, al menos, sin ninguna que yo atinara a descubrir). Como si fuera andando por un camino y, de repente, cayera en una trampa. (...) durante unos instantes ella parecía no estar en realidad allí. (...), cada vez que ella hacía esto le preguntaba <<Oye, ¿te pasa algo?>>. Me desconcertaba terriblemente, me preocupaba haber dicho algo que la hubiese herido. Pero Kumiko siempre sonreía y decía sin más: <<No me pasa nada>>.

---Murakami, Haruki: Crónica del pájaro que da cuerda al mundo.

Como dije, la vida, [no la realidad] siempre encuentra su par en la ficción. Así, Kumiko la callada, la momentáneamente ausente, decidió abandonar al señor Okada quien, para reflexionar y tocar sus pensamientos, se metio en un pozo frío, lejos del calor de la superficie, del calor del verano.