martes, 23 de octubre de 2007

Fast Forward >>|

La cosa fue así:

imaginen un camión repleto de estudiantes cansados y durmiendo (uno que otro dándose sus arrimones correspondientes) el reloj del bus marcaba las 3:39 de la mañana. Yo en cuclillas sobre mi asiento escuchando música en mi yoPod (iPod)...

"Fo-------------->u--->nd wha-------->t I--------->´ve lo-------------->st
In-----------si-------------------->d, my----> spi------------------->ri---->t
ha----------------->s bee----------------->n pu---------------------->ri------------->
fi------------------------->d(...)"

...de repente, el camión bajó la velocidad, de sus habituales y reglamentarios 95 km/h a no-sabría-decir-con-exactitud qué velocidad, lo que fue evidente es que era mucho más lento, tal vez 60km/h, durante la baja de velocidad la músca seguía...

"(...)my--------------------> spi----------------->ri--->t ha-------->s bee----------------->n
pu----------------->ri--------------->fi--------------------->d(...)"

...el camión inició un incremento de la velocidad, 65, 70, 78, 85, 90, 95km/h y todo de un golpe

"(...)thank you for the sun, the one that shines on everyone who feels love, now there´s a million years between my fantasies and fears, I feel love(...)"

En ese preciso momento sentí unas enormes ganas de saltar por la ventana, de que el autobus se volcara en el camino, o de que un meteoro callera frente a nosotros y nos quitara de la existencia, en ese momento, lo supe inmediatamente, alguien había oprimido el botón FF>>, ese que hace andar la música, los DVD´s y las cintas de audio más rápido, el que hace que todo se escuche con voz de 'ardillita'; supe, sin lugar a dudas, que mi vida comenzaba a ir más rápido, que las pausas y los retrocesos serían cada vez más esporádicos. En resumidas cuentas, presencié lo que algunos ni cuenta se dan sino hasta que tienen 40 ó 45 años, dos hijos y tres hipotecas: el momento en que la vida se empieza a hacer ajena.

No cabrá para mí, en el futuro, esa pregunta retórica: ¿cuándo dejé de vivir mi vida? O ¿cuándo se me fue el tiempo? Yo lo presencié, el momento. Era el sábado 21 de octubre del año 2007, eran las 3:38 de la mañana; me encontraba en algún lugar entre Campeche y Tabasco, y mi vida se aceleró, se aceleró como el camión enfilándose a Puebla.

miércoles, 10 de octubre de 2007

an eye for an eye..?

¿Tienen algún sentido secreto, oculto e inescrutable los vericuetos de la vida?

¿Por cada uno vienen dos de regreso?

¿Si me ocurren tres cosas buenas debo esperar seis malas?

No sé por qué tengo la tendencia a pensar que así es, que no puedo escaparme de la mano terrible e implacable de la justicia, del orden, de la homeóstasis universal.
Supongo que sólo me queda esperar, esperando que no sea tan grave y que en realidad haya una mejora general.

"Oremos .

.

.
let us [be] pray"