viernes, 15 de enero de 2010

El empoderamiento de los enanos

Todos hemos escuchado alguna vez (o por lo menos hemos visto la versión Disney) el cuento de Blanca Nieves y los siete enanos. Yo también y la verdad no recuerdo cuál de los siete era el más mezquino, estoy seguro de que no era Gruñón, él tenía su encanto. Si hubiera uno de ellos que se llamara "Enano Mezquino" y luego tuviera el poder para ser el rey de la comarca, haría lo que hoy viví.
La historia es como sigue: imagínense la ciudad de Puebla (para los que no la conozcan), es una ciudad, que se encuentra en medio de la cuestión, entre las grandes ciudades del país -Monterrey, Guanatos y el DF- y las ciudades con calor provincial como Oaxaca, San Luis, Querétaro. Es demasiado grande para ser una provincia pero demasiado pequeña para ser una metrópolis. Tiene grandes rezagos en infraestructura: las avenidas suelen ser insuficientes la mayor parte del día para la cantidad de autos que circulan por ellas, hay grandes desarrollos de vivienda a los que sólo pueden acceder una fracción de la población total, mientras que el resto vivimos en pueblos tragados y asimilados por la mancha urbana. Tipo Coyoacán o la Magdalena Contreras.

Como todos los estados de la república, Puebla, tiene un gobernador. Sí, todos lo conocemos mejor como: el góber precioso. Y como todos los personajes de la política del país, tratan de demostrar que han trabajado una vez cada año, típicamente, en su informe de 'labores'. Como el lector aguzado podrá imaginar, este es un evento grande, masivo y dirigido a los medios de comunicación y compañeros y enemigos en el poder. El citado gobernador rindió hoy su informe de labores: no me pregunten qué dijo que hizo, no me pregunten quiénes llegaron y no me pregunten dónde lo hizo. Lo que les puedo decir es que nunca, como hoy, vi un operativo de tránsito y seguridad tan impresionante como hoy. Avenidas enteras vacías porque los oficiales de tránsito, en cumplimiento del deber, desviaban tanto a pedestres como automotores para que desde kilómetros antes nadie importunara la llegada de los invitados y no afeáramos el panorama de sur de la ciudad que está quedando muy bonito.

Supongo que nuestro personaje no podía arriesgarse a que nosotros arruináramos su gran día, el día en que quedará decidido su carrera política, el día en se pavonearía ante las cámaras de TV cuán feo es. Mientras tanto, a nosotros que nos cargue la chingada, que lleguemos tarde al trabajo, que nos desquiciemos en el hacinamiento y que nos descuenten los días.

De verdad, y esto no es privativo de la 'provincia' vivimos en un país cuyas prácticas políticas son la risa producida por un mal chiste escatológico: como tirarse un pedo en el discurso de graduación.

Espero que los enanos (el federal y el local) se bajen ya del banquito y les arrebatemos el poder que nos les pertenece.

jueves, 7 de enero de 2010

expermiento

Estoy tratando de hacer una pequeña migración tecnológica.

Ya saben que han aparecido una serie increíble de aplicaciones que tratan siempre de hacer que un solo ambiento (como una sala de control) maneje todo lo que uno hace en internet. O tratan de vendernos la sensación de que podemos lograrlo todo desde un solo lugar, seguro y cómodo.

Pues eso intento, pero me estoy haciendo demasiadas bolas con eso de "pega aquí, copia esto, llévalo a este RSS, ahora ve al dashboar"

Espero que al final de la noche lo logre.

martes, 5 de enero de 2010

Cobardía

La historia de la humanidad ha sido forjada por la valentía de los grandes hombres (y mujeres) o eso dicen: grandes guerreros, investigadores, aventureros, visionarios, etcétera. Los modelos de belleza estética vienen acompañados siempre de un modelo de belleza ética. Si bien podemos discutir la belleza estética en términos de gustos culturales e individuales se vuelve un poco más difícil discutir la belleza ética pues, en términos generales, corresponde a una serie de valores más o menos constantes: valentía, integridad, autosacrificio, humildad, inteligencia, liderazgo, sabiduría.

Como podemos intuir en la sociedad actual, por lo menos la fracción judeo-cristiana, hay valores que coexisten y que son aparentemente opuestos, por un lado seguimos admirando el ego exacerbado de Aquiles: su fuerza, valentía e imprudencia y por otro lado, se adora a alguien que rechazó la violencia, que se dejó humillar y que nunca opuso resistencia. ¿No ven que de verdad hay algo mal?

En fin, si estás, como individuo, en cualquiera de estos dos polos, estás bien porque o eres un desalmado guerrero o eres un pacifista empedernido. Sin embargo, en medio estamos otro tanto de personas: los odiosos, los apestados, los mal queridos, los tibios.

Por alguna razón se nos ha hecho creer que las decisiones se deben tomar rápidamente y que una vez tomadas, las consecuencias son irreversibles, nos han hecho creer que o te gusta el agua fría o la caliente, que o te bañas rápido o no te bañas, que o le entras a los trancazos o sales corriendo. ¿Por qué? ¿Por qué no me dejan disfrutar mi agua templada, bañarme con agua caliente prendiendo y apagando la regadera por cerca de una hora, por qué no puedo dar dos o tres puñetazos y dejar que alguien más se golpee completamente?

Cobardía e indecisión se han sido dos conceptos que se han apareado culturalmente: normalmente se cree que un indeciso es un cobarde: "porque no sabe lidiar con las consecuencias" y ¿qué si así es? ¿Por qué tenemos que ser un Jesús crucificado o un Aquiles temerario?