(i)
Acabo de despertar de la siesta y no sé exactamente-qué me motivó a levantarme para escribir este post. Ah sí, el café. Esa bebida maravillosa sin la cual mi vida en los últimos años sería (¿más saludable? menos divertida o, por lo menos, menos sufrible.
Antes de echarme a dormitar se me ocurrió establecer el orden de la música de mi iTunes, no por artista, no por título y no discos, sino por el número de veces que se ha reproducido una canción, en orden descendente. La verdad es que me llevé una sorpresa. Voy a copiar aquí el top 10:
Posc. Canción/Autor Reproducciones
1. Horse and I/Bat for lashes 1117
2. Neon Bible/Arcade Fire 1094
3. The Gap/YSPWSD 1050
4. This is not a test/She&Him 907
5. I'm gonna make it better/S&H 904
6. South again/Maia Hirasawa 776
7. I'm a cuckoo/Belle&Sebastian 687
8. TheStockolmSyndrome/YSPWSD 570
9. Back to Boston/The Rosebuds 545
10. Crwon of Love/Arcade Fire 537
La mera* verdad es que me sorprende que esté hasta arriba y con esa cantidad de reproducciones Horse and I (seguramente la habré reproducido más veces). Las estadísticas de iTunes deben estar chuecas, recuerdo haber repducido más otras canciones y menos otras. Por ejemplo no recuerdo haber reproducido 1050 veces a You Say Party we Say Die! Aunque Tal vez sí, ahora dudo de todo. Me sorprende de estas estadísticas de iTunes que discos completos y que sí he escuchado (de eso estoy completamente seguro [¿o no?]) están en el fondo del arragement con cero (0) reproducciones, como mis discos de Tool o de Skip James. Está rarísimo. Quién sabe de qué dependerá que te cuenten una reproducción. En fin. Si fuera una estadística fidedignea sería de incalculable valor interpretativo; sin embargo, fallida como es, no pasa más allá de lo anecdótico.
(ii)
¿Notaron que a la palabra mera que se encuentra en el apartado anterior le puse un asterísco? ¿No? A ver, véanlo. Ok. Pues eso lo puse porque me recordó que hoy asistí a la presentación del Diccionario del Español de México (DEM) que ha sido trabajado por el Dr. Luis Fernando Lara (gran lexicógrafo, erudito) y un equipo, no me cabe la menor duda, del más alto nivel en el Colegio de México. Su propuesta fue crear un Diccionario que fuera equivalente (y mejor) al Diccionario de la Real Academia Española (DRAE), que fuera un diccionario de consulta y 'autoridad' y al mismo tiempo, reflejara también la realidad lingüística y léxica de México. La empresa, sin duda, ha sido lograda y, con creces, ha superado sus metas iniciales. El DEM contiene desde lenguaje científico y técnico, hasta palabras de uso popular, pasando por jergas periodísticas y políticas siempre conservando la perspectiva de México. Recordemos que el DRAE había fungido, por siglos, como única referencia reconocida a la hora de dudar o desconocer el significado de alguna palabra; sin embargo, como apuntó el Dr. Lara, si buscas la definición de corte esta te remite a la familia del rey y sus acompañantes y eso, obviamente, nada tiene que ver con lo que sucede en México ya que nunca (salvo un período risible de nuestra historia) tuvimos un emperador o rey. Y así sucede con muchas palabras del uso cotidiano y del no tan cotidiano.
Es casi un consenso generalizado entre los lingüistas no-hispanos, que ya va siendo hora de cortar la dependencia que la RAE ha provocado con siglos de intransigencias lingüísticas, con siglos de llamar 'barbarismos' 'indigenismos' 'mexicanismos' 'argentinismos', etcétera, a la lengua que ellos no hablan. Es casi un consenso generalizado que hay que hacerles ver que ellos no son sino una pequeñísima fracción del espectro que se ha dado en llamar español y que no pueden imaginar que gobiernan sobre una gama léxica que los desborda y desconocen. Incluso dentro de España misma.
La propuesta es, oh lector emancipado, que nos acerquemos a la obra del Dr. Lara, que sustituyamos paulatinamente la referencia obligada al DRAE por el DEM. Yo por mi parte estoy seguro de que, si tengo chavos, los voy a educar con esta obra. Tengan un poquito de paciencia, porque todavía no está a la venta, pero pronto, muy pronto, estará.