Amanecí, como todos los días un poco más viejo. Amanecí licenciado y como sendos encajuelados a unas calles de mi casa. Amanecí sabedor que la búsqueda del erotismo debe guíar todos y cada uno de los movimientos del ser humano, la búsqueda de lo bello en los demás, la búsqueda del éxtasis en sí mismo.
Me doy cuenta que la vida, el tiempo y el mundo se precipitan sin remedio a un fin. La búsqueda, por lo tanto, necesita todo el tiempo que se le pueda invertir, la búsqueda debe mutar, ciertamente, en encuentro. El país se está desmoronando, al mundo parece no importarle nada y nosotros estamos aquí, simplemente viendo cómo todo ocurre.
Como mi actitud es ahora la de alguien divertido, a la búsqueda estoy.
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