La política internacional nunca ha sido de los temas más apasionantes en los que puedo estar interesado. Tengo una línea muy concreta sobre la que defino mi opinión: los países industrializados (europeos,
ex-
colonialistas y EE.UU.) tienen la tendencia fortísima a dominar a través de medios 'reales o simbólicos' a las antiguas colonias y a los países subordinados al sistema capitalista post-neo-liberal (qué flojera!). En fin. Hace días en una de estas tan importantes cumbres
multinacionales donde los mandatarios (los que tienen el mandato) se
reúnen para discutir, negociar, etc., un montón de puntos de la agenda iberoamericana-
americoibérica, y pues nada, que
Hugo Chávez, el presidente del país caribeño de Venezuela que se pone a 'lanzar acusaciones' sobre el
ex-presidente del gobierno español, José María
Aznar, lo acusó, entre otras cosas, de fascista. No es que me preocupe la honorabilidad o la sensibilidad de
Aznar pero sabemos que a
Chávez le gusta hablar mucho. El asunto es que
Chávez no se
dirijía a quien se debía
dirijir -en este caso a
Aznar -sino al actual presidente del gobierno y, sentado junto a éste, a Juan Carlos, el rey de los españoles.
Lo que más me impresionó de lo que pude ver en las transmisiones televisivas en realidad fueron dos cosas: 1) la facilidad con que las
televisoras mexicanas toman partido por los 'buenos' y linchan a los 'malos'. No simpatizo de ninguna manera con
Chávez (¿cómo puedo hacerlo por alguien que no conozco?) Pero la forma en que la televisión (el poder, delante y detrás del poder) usa a éste personaje como una especie de 'castigo ejemplar en ultramar', de lo que nos salvamos (si acaso ganaba Andrés Manuel), me puede poner de muy mal humor. La cosa 2) fue, hablando puntualmente de las
imágenes las palabras de 'Su Majestad
Dn. Juan Carlos I
Hispaniarum Rex', exigiendo a
Chávez (que por lo demás estaba pifiando) que se calle (hablándole de 'tú' y usando modos imperativos -como que es EL Rey,
joder!) Faltaba más -pensé yo viendo la
tv.
El Rey, sigue creyéndose el rey y espera obediencia absoluta. Pensé también:
Chávez en un taradazo que hace desesperar a cualquiera. No sé quién de los dos actúa de peor manera.
Zapatero, sin duda, fue lo más cuerdo y diplomático posible ante la necedad del venezolano, pedía respeto y no llegaba a más -aunque se le veía claramente perturbado.
Después de ver esto en
tv. y leer un par de notas en diarios me detuve a pensar en la situación, no de Venezuela porque no la conozco sino de
México. Cómo estamos antes y después de la colonia, que esperamos, cómo nos ve el mundo qué habremos de hacer, en fin. Lo que definitivamente no puedo tolerar es que un 'designado por el dedo de Dios' me diga que me calle. Por eso me quedo con una frase publicada en La Jornada el día de hoy en la que
Chávez dice:
"(...)tenemos 500 años aquí y nunca nos callaremos, mucho menos a la voz de un monarca"España es un lugar que me gusta mucho, hay gente ahí que quiero demasiado y tengo memorias imborrables y eternas de España. Admiro y quedo sorprendido de tantas cosas de allende el mar. Pero el rey, eso es otra cosa, lo que representa para mí como mexicano, es otra cosa. A Chávez no lo conozco, no sé qué pretenda con su gobierno, sabemos de la presión de los gringos en su contra. Pero nunca se ha moderado; sin embargo, le reconozco y le doy crédito por esa frase, es más, tiene razón. Me adhiero.
No soy experto en política exterior. Este es mi blog.
http://www.jornada.unam.mx/2007/11/12/index.php?section=mundo&article=036n1mun