martes, 20 de noviembre de 2007

"...mira, te están velando"

Hoy fui testigo de mi propia tristeza, juez de mi propia soledad. No pude evitar sentir un poco de lástima por mí mismo, aunque al final de la noche no tuve de otra más que asumirme como soy y pensar: "bueno, así son las cosas". Ver la alegría de otras personas, treintañeros, gritar, cantar, bailar, tocar, besar y abrazar, me hizo pensar en lo triste y desolada que es la mi vida. Sí, la mi vida. Como escribían los medievales.

Después de un rato de "muerto, muerto, muerto" mis musculos de la espalda añoraban el descanso inmerecido "mira, te están velando" un poco de descanso, un poco de lástima, "son todos" un poco de compañía, una palmada, menos frío, algo caliente en el estómago, en las entrañas, "tus amigos" menos risas alrededor, menos fiesta, menos ruido "todos tus recuerdos" una mirada, un olor dulce, una mano en el bolsillo, unos cabellos trenzados "olvidados..."

1 comentario:

Anónimo dijo...

Bueno, yo creo que hay circunstancias en las que uno está verdaderamente solo, no importa aquello que te rodea, ni quienes están ahí parados, la infinita soledad llega. Ánimo Reny!!!, y siga saliendo a caminar que eso del ejercicio a cualquiera que no tenga problemas de osteoporosis le sienta muy bien -se nota en la piel a la semana de ejercitación.
Saludos,
Deyanira.