Como el hecho de que a uno le pueden gustar ciertos aspectos específicos de la vida en general, no siendo este el problema, disfrutamos de muchas cosas. En fin, en cierta ocasión me subí a una combi, una unidad de transporte público que me llevaria desde mi casa hasta el centro de la ciudad. Llevaba perfectamente instalado en las orejas los audífonos de mi iPod, escucuchaba no-sé-qué-canción, cuando en alguna esquina se subió alguien que conozco desde hace años: S. (siguiendo la propuesta de G. para mantener nombres anónimos y escribir con más fluidez). Pues dadas las condiciones de asinamiento que usualmente se viven en estos transportes no pude hacerme menso (como lo he podido hacer en otros casoso) y tuve que ponerme a platicar con él. La conversación fue buena, amena: "¿Ya te casaste? ¡Ya hasta tengo una hija!" ¡Joder! S. es mayor que yo, estudió economía y en el larguísimo y ultra-transitado trayecto que supone la 8 pte., hubo tiempo de sobra para ponernos al tanto de las nuestras vidas. Hablamos (brevemente de mí y mis planes, no hay mucho que contar) mucho de lo que él estaba atravesando: salir de la carrera y casarse casi por obligación; por no poder decir que no, un matrimonio que no le va muy bien (no lo dijo pero lo supuse), el trabajo que no es nada de lo que él quería para sí mismo pero aún así tiene que hacerlo, los planes truncos. Otra vez del trabajo "es una tranza, una mafia, mal planeado, mal hecho, lo peor es que quieren que sea así, mal hecho." Se quejó amárgamente de lo que hacen en ese trabajo: los jefes prácticamente ponen a pelear a nivel personal (que no es lo mismo que competir a nivel profesional) a los empleados. Desleal. Los proyectos inconclusos, todo lo que parece que se escurre. Yo traté de animarlo, darle un par de opciones: "Mira, puedes hacer esta maestría 'ejecutiva', capaz que tus jefes te dan chance y hasta te apoyan. (La verdad es que mis palabras me sonaban tan estúpidas como seguramente le sonaban a él). Entre quejas del trabajo y del poco tiempo que tiene para salir a comer; la lejanía de su casa matrimonial con su lugar de trabajo y la casa de sus padres (donde va a comer), me ponía la mano en el hombro y me decía, con una mirada cercana al llanto: "no te cases pinche Renault, de veras, si aceptas un consejo mío, no te cases". Tragaba saliba y seguía con su letanía.
Llegamos a la 8 pte y 7 nte. Bajamos y decidimos caminar porque era más rápido que seguir trepados. La conversación, a pesar de que caminamos dos calles más, prácticamente se acabó. Entre los ambulantes y los miles de camiones que pasan por ahí, se volvió imposbile concentrarnos tanto. Sólo alcanzabamos a gritar cosas como: "Sí, mi mamá bien, mejor quiero decir. Estuvo enferma." "Pues desde que se murió mi papá ¿qué no?."
Él se despidió en la esquina de la 8pte y la 3nte. "Nos vemos, cuídate. Recuerda lo que te dije -insistió -saludos a tus papás y a tus hermanos." Yo tomé mis audífonos otra vez, encendí el aparato -me había quedado con sentimiento extraño, estaba como arrebatado de lo que sucedía, normalmente los camiones, la gente y los ambulantes me sacan rápidamente de esa zona de la ciudad -comencé a caminar despació, programé el iPod en shuffle y le subí todo el volumen: comenzó a sonar 'No surprises'.
"I was full of bless...
... a job that slowly kills you..."
Finalmente ese día entendí el sentido de esa canción, lo sentí y lo viví porque lo tuve frente a mí, platiqué con él. Por eso comencé diciendo que hay un montón de cosas que disfrutamos pero que a la vez no comprendemos.
... y así es. Estamos siendo ahogados en una pecera y ese trabajo, S. del que tanto te quejas, lentamente, te está matando.
Pero aún así, andamos por la vida, saludando, caminando, platicando, comiendo, corriendo, llorando, callando, durmiendo, respirando, gritando, abriendo, cerrando, fornicando, comiendo, transportándonos, sufriendo, escuchando, mirando, sientiendo, mordiendo, tragando, deseando, repudiando, molestando, alegrando, riendo, naciendo, creciendo, reproduciéndonos, muriendo, tristeando, felizsceando, leyendo, escribiendo, subiendo, bajando, soplando, aspirando, barriendo, comprando, pagando, robando..., ..., ... ,..., ..., ..., ..., ..., ..., ..., ..., ..., ..., ..., ..., ..., ..., ..., ..., ..., ..., ..., ...,
3 comentarios:
Uuy, a mí me ha pasado eso muchas veces, bien te he contado que no sólo con viejos conocidos, también con desconocidos que me cuentan sus tristezas/realidades/situaciones/whatever... Realmente no hay mucho qué decir. Cuando son viejos conocidos es más duro, uno se queda pensando: ¡zaz, qué fuerte!
C'est la vie!
Me ha gustado mucho este post...
Nos leemos, Ren...
Es grande la idea que sostiene que aún podemos sorprendernos en vías de un camino ya reconocido.
me agrado mucho el post renateishon! .... faltan pocos-algunos días, para mi-tu cumpleaños i no quiero!, quiero segir siendo un bebe!!!. no quiero llegar al fin del camino ya trazado por la sociedad de carrera cosas pipí bla, no quiero acabar estancandome en algo no rico, no quiero cumplir años y me aburre navidad... vamos a cocinar hot cakes renie, meRmelada para vos... tu fan
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