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Carolina, hija ¿cuánto tiempo llevas en este mundo? Trece semanas, poco más de tres meses y aun no sabes cuándo callarte y aun tu madre no sabe cómo hacer que te calles. Me lavo las manos, me lanzo agua a la cara y me miro a los ojos en el espejo mientras escucho tus gritos, Carolina. Tus gritos: hambre, sueño, cólico, suciedad ¿qué tienes, qué quieres? Necesito que aprendas a hablar para poder ayudar a tu madre con la crianza de otro modo no puedo. Necesito que aprendas a hablar.
Salgo del baño me dirijo a la habitación y fingo interés preguntando: ¿que pasa? ¿Qué quiere? ¿Te ayudo en algo? Recibo tres respuestas: no sé, no sé, no gracias. Te paso la mano por la barriga, beso a tu desesperada madre en la frente, salgo del cuarto, sigues llorando y yo vuelvo a la sala a ver por la ventana.
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