domingo, 3 de abril de 2005

Hermanos:

En verdad quiero decirles, queridos lectores, si dijeramos todo lo que tenemos en la cabeza cuando nos enfrentamos al tan temido otro, si en lugar de tolerarlo con una sonrisita hipócirta, si nuestras madres nos dijeran lo cansadas que las traemos con nuestros pedidos y múltiples quejas, si los ojos no se posaran en lugares comunes cuando nos encontramos en una situación áspera, en verdad os digo, oh hermanos, esta sociedad, tal y como la conocemos, no existiría. ¡Perfida sociedad basada en la apariencia, personæ, como la conocían en la antiguedad, la máscara, el ser otro, el ocultarse detrás de lo que se quiere o lo que se quiere dejar de ser! Cuán desgraciada es la situación, cuán castrante resulta vivir entre los otros. Pero, ni hablar, la especie debe perdurar.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

conoZco

Anónimo dijo...

Bien...ahora, ¿por qué anónimo?

Anónimo dijo...

me dio flojera poner mi nombre de usuario...