De todas las versiones cinematográficas que había visto del Quijote, nunca ninguna me había gustado. No sé, de alguna forma siempre tiendo a descalificar las películas de la obra de Cervantes, mucho antes de verlas o verlas sólo de pasada. Hoy; sin embargo, regresé de ver una película en el cine y comencé a pasar randomly los canalas hasta que pasé a TVE, y había un película del Quijote, no puedo precisar si fue acaso porque estana en uno de los capítulos que más me gusta (cuando Quijote se descuelga en la cueva de los encantados) o porque, sencillamente, rompieron el esquema tan aburrido y chocante del personaje de Sancho. En fin. El asunto es que debo decir que me puse bastante triste y realmente me conmovió el cruce de lanzas en la playa de Barcelona y el grito de Sancho cuando su señor se dirigia al duelo
"Viva Dulcinea del Toboso, donde quiera que esté, quien quiera que sea".
Hoy en verdad tuve un atisbo de valoración (re-valoración) de la novela. En realidad buena, suprema y admirable. Como que todo mundo lo dice todo el tiempo y bueno, no pasa nada.
El amor es rojo y brota de las venas y de entre las comisuras de los labios. Cuando menos lo piensas aparece después de un mal corte de cebolla; a veces, sin avisar, brota de las rodillas o los codos cuando caes.
El amor es rojo por eso duele: hay que forzarlo a salir con los dientes y con las uñas, hay que untarlo en la piel. --- Myself
Trouble everyday es una película que explora algunos de los síntomas más profundos del amor y la eroticidad de bien entrado el siglo XXI, un amor y una eroticidad que están permeados por la modificación del comportamiento y un desencanto generalizado de lo que alguna vez creímos que era la vida. ¿Con cuántas pastillas puede vivir un hombre? O, mejor ¿cuántas pastillas debe tomar un hombre para vivir cada día? Esta película dirigida por la francesa Claire Denis y protagonizda por Gallo y Beátrice Dalle, cuenta la historia de dos personas que sufren un trastorno del comportamiento que los lleva a asociar la sangre y el sufrimiento de sus parejas con su propio placer, imagino que de estas idea se valieron los fabulosos distribuidores hispanos para titularla 'Sangre caníbal', como siempre, títulos horrendos.
El orgasmo como cúspide de la acción carnal es uno sangriento, insciable y destructivo de ahí la mal funcionamiento en pareja de Shane Brown (Vincent Gallo) con su nueva esposa (Tricia Vessey). El espectador se verá obligado a lanzar varias hipótesis para explicar este comportamiento, tal vez sea ésta la razón por la que la película es tan buena: no dice lo que hay que interpretar sino que, como buena obra posmoderna, sugiere directrices de sentido que el espectador habrá de seguir y concluir. Cortázar estaría contendo: la roman comique.
Con la buena tanda de sofisticación que caracteriza el cine francés nos enfrentamos a una película que rechaza, automáticamente a dos tipos de especadores: el primero, el que es incapaz de distinguir secuencias como las de ésta película -que por lo demás pueden ser bastante fuertes -y secuencias como las de películas como Hostal o El Hijo de Chuky. El segundo tipo de espectador rechazado por este film es el que espera que los actores le digan todo con palabras y la narración supla su actividad investigativa, quiero decir, el que espera ver American pie o Click.
En por lo menos un par de años no había aparecido una película que me gustara tanto y, aunque creo que ya la había visto, Trouble everyday, me hace olvidar muchos de los paradigmas del cine de terror que conocí.
Apesar de que la recomiendo ampliamente debo decir:
Advertencia: algunas escenas pueden resultar demasiado fuertes para algunos espectadores (especialmente el segundo embeded), así que si tienen estómagos ligeros o están comiendo, no lo vean.
Lamento, amables lectores, la demora excesiva en la actualización de este blog. Pero mi condición unidimensional y multifocal me impide sentarme (¡y aún moverme!) con libertad frente a la computadora. Hay varias cosas que tengo amontonadas.
Como el hecho de que a uno le pueden gustar ciertos aspectos específicos de la vida en general, no siendo este el problema, disfrutamos de muchas cosas. En fin, en cierta ocasión me subí a una combi, una unidad de transporte público que me llevaria desde mi casa hasta el centro de la ciudad. Llevaba perfectamente instalado en las orejas los audífonos de mi iPod, escucuchaba no-sé-qué-canción, cuando en alguna esquina se subió alguien que conozco desde hace años: S. (siguiendo la propuesta de G. para mantener nombres anónimos y escribir con más fluidez). Pues dadas las condiciones de asinamiento que usualmente se viven en estos transportes no pude hacerme menso (como lo he podido hacer en otros casoso) y tuve que ponerme a platicar con él. La conversación fue buena, amena: "¿Ya te casaste? ¡Ya hasta tengo una hija!" ¡Joder! S. es mayor que yo, estudió economía y en el larguísimo y ultra-transitado trayecto que supone la 8 pte., hubo tiempo de sobra para ponernos al tanto de las nuestras vidas. Hablamos (brevemente de mí y mis planes, no hay mucho que contar) mucho de lo que él estaba atravesando: salir de la carrera y casarse casi por obligación; por no poder decir que no, un matrimonio que no le va muy bien (no lo dijo pero lo supuse), el trabajo que no es nada de lo que él quería para sí mismo pero aún así tiene que hacerlo, los planes truncos. Otra vez del trabajo "es una tranza, una mafia, mal planeado, mal hecho, lo peor es que quieren que sea así, mal hecho." Se quejó amárgamente de lo que hacen en ese trabajo: los jefes prácticamente ponen a pelear a nivel personal (que no es lo mismo que competir a nivel profesional) a los empleados. Desleal. Los proyectos inconclusos, todo lo que parece que se escurre. Yo traté de animarlo, darle un par de opciones: "Mira, puedes hacer esta maestría 'ejecutiva', capaz que tus jefes te dan chance y hasta te apoyan. (La verdad es que mis palabras me sonaban tan estúpidas como seguramente le sonaban a él). Entre quejas del trabajo y del poco tiempo que tiene para salir a comer; la lejanía de su casa matrimonial con su lugar de trabajo y la casa de sus padres (donde va a comer), me ponía la mano en el hombro y me decía, con una mirada cercana al llanto: "no te cases pinche Renault, de veras, si aceptas un consejo mío, no te cases". Tragaba saliba y seguía con su letanía.
Llegamos a la 8 pte y 7 nte. Bajamos y decidimos caminar porque era más rápido que seguir trepados. La conversación, a pesar de que caminamos dos calles más, prácticamente se acabó. Entre los ambulantes y los miles de camiones que pasan por ahí, se volvió imposbile concentrarnos tanto. Sólo alcanzabamos a gritar cosas como: "Sí, mi mamá bien, mejor quiero decir. Estuvo enferma." "Pues desde que se murió mi papá ¿qué no?."
Él se despidió en la esquina de la 8pte y la 3nte. "Nos vemos, cuídate. Recuerda lo que te dije -insistió -saludos a tus papás y a tus hermanos." Yo tomé mis audífonos otra vez, encendí el aparato -me había quedado con sentimiento extraño, estaba como arrebatado de lo que sucedía, normalmente los camiones, la gente y los ambulantes me sacan rápidamente de esa zona de la ciudad -comencé a caminar despació, programé el iPod en shuffle y le subí todo el volumen: comenzó a sonar 'No surprises'.
"I was full of bless...
... a job that slowly kills you..."
Finalmente ese día entendí el sentido de esa canción, lo sentí y lo viví porque lo tuve frente a mí, platiqué con él. Por eso comencé diciendo que hay un montón de cosas que disfrutamos pero que a la vez no comprendemos.
... y así es. Estamos siendo ahogados en una pecera y ese trabajo, S. del que tanto te quejas, lentamente, te está matando.
¿Cómo fue? Aún no lo sé ¿cuáles serán las consecuencias? Aún no alcanzo a visualizarlo (Oh, paradoja!) Pero me convertí en cámara. Me convertí en una HP digital de 7.0 megapixeles. Acaso tuvo que ver el frío raro que comenzó cerca de las 6:30 de la tarde y el extrañamente brillante sol que se filtraba entre las nubes alrededor del volcán. No sé decirlo con entera convicción; sin embargo, sé esto: de hoy en adelante mi visión del mundo será diferente, tendré que, en lugar de alimentarme con los frutos de la tierra y los animales, conectarme de dos a tres veces por semana a una toma de corriente con 100-240V ~ 50/60Hz 0,2 A (gracias a Dios no uso baterías, porque desde niño sentí repulsión por los supositorios, y ahora de crecido, no quiero experimentar las formas alternativas del placer, no aún).
Insisto en que no sé cómo sucedio, si alguien lanzó un hechizo sobre mí; lo ignoro, si fue el mal de ojo (del ojo digital) o si fue un castigo divino. Lo más que puedo atinar a decir es tratar de recapitular lo sucedido: mi madre, mi hermano y yo, estabamos en algún lugar de la colonia El Cerrito, cuando vi una palmera, alta, alta y decidí que sería un bueno objeto para fotografiar. Saqué la cámara de su estuche, la encendí, me aseguré de quitarle el flash, enfoqué y kablám! De repente la imagen, en lugar de entrar por mis ojos, estaba en mi mente, más que una imagen externa era como un recuerdo, como la vez que me caí en la primaría y me rompí los dientes. Mi cabeza comenzó a hacer un ruido mecánico y mi visión, de saberlo, era como la de un cíclope. Perdí el sentido de profundidad. Fue unos momentos después, trás el grito de terror de mi madre que me di cuenta que algo no estaba bien. Me apresuré a una de las portezuelas del coche y vi mi imagen reflejada: mi cabeza se había convertido en un rectángulo negro con bordes plateados (imitación de aluminio) tenía un calcomanía que explicaba todas mi cualidades tecnológicas. En mi mano, como un trofeo pequeño de alguna tribu de Nueva Guinea: una diminuta cabeza, la mía.
...La prueba...
A partir de hoy no sé cómo podré salir, seré como el personaje grotesco de la televisión. Cabezón e insolente. Espero que la gente no abuse de mí.
Estoy encantado! Y esas cosas ya no pasan muy a menudo.
Tres cosas: 1) La rola está buenísima, canta bien y es media triste. 2) mi escena favorita está en el minuto 2:20 hasta el 2:30 3) quiero un traje de dinosaurio...