El otro día estaba mirando un programa me parece que en Travel & Living, era uno de esos programas donde muestran lo bello y fácil que es viajar y vivir en otro país (siempre y cuando tengas mucho dinero disponible). Lo curioso de este programa -típicamente protagoniado por parejas estadounidenses o inglesas -era que este er protagonizado por un español bastante average. Un tipo semi calvo, bajo de estatura, bigotón y con un pésimo gusto para vestir (iba con una camiseta sin mangas, negra y ostentaba el nombre de-no-sé-qué banda de rock). En fin que el tipo iba viajando en Lisboa, si no recuerdo mal, de repente hizo un comentario como (parafraseo): "en Portugal se habla el portugués, pero también es bastante común escuchar el inglés, ya que, a diferencia de nosotros, nuestros vecinos ven las películas extranjeras en su idioma original". Yo pensé de inmediato, pero claro! Ese es el gran problema.
Lo que me llevó a recordar, de paso, que cuando estuve en aquella lejanía ibérica, me tocó vivir el estreno de Star Wars, y pude ver -con más dolor aún del que sintío Luke Skywalker cuando supo a un tiempo que Vader era su padre y éste le cortó la mano -que a este mítico personaje le llamaban 'Luke Trotacielos'. Ejemplos de este tipo de traducciones a ultranza hay muchos.
En fin, debo confesar que he parado de leer libros por las pésimas traducciones a las que nos enfrentamos constantemente. ¿Cómo sé que son pésimas? Sí, sí, ya sé que de otro modo no podría leer nada de autores como Per Olov (quien escribe en Danés) sin embargo, sí puedo darme cuenta de los estragos que hacen en traducciones al inglés. Pondré un ejemplo de la acutalidad:
Primera edición, original pues!
Autor: Kazuo Ishiguro
Año: 2005
Editorial: Faber and Faber
País: London
Título: Never Let Me Go
Edición Anagrama
Autor: Kazuo Ishiguro
Año: 2005
Editorial: Anagrama (Compactos)
País: Londres
Título: Nunca me abandones
Veamos. No hay problema en nada de la ficha técnica hay; sin embargo, un gran problema: el título. Quiero que, lectores, me ayuden a pensar si acaso estoy haciendo una mala interpretación de las cosas y el traductor -Jesús Zulaika -merece que le presente mis respetos y arrepentimiento. Leamos el título en inglés (idioma en que escribe Ishuguro):
Never Let Me Go
Ahora tratemos de hacer un breve análisis. El enunciador de la frase es YO, este yo le pide a un segundo, a un TÚ: no me dejes ir. Esto lo puedo interpretar de dos formas, 1) el Yo que enuncia la frase se va y le pide al Tú que evite que se vaya, es decir, el Yo es el sujeto de la acción (él se va). 2) en inglés se usa to let go usualmete para literalmente dejar ir e interpretativamente, para olvidar, o desaferrarse a alguien (como un novio, esposo/a que nos o mascota que nos deja; para un familiar o amigo que ha muerto y debemos dejarlo ir para que pueda descansar).
Ahora pensemos el título en buen castellano
Nunca me abandones
Me da la impresión, desde el inicio, que algo no encaja, que la idea no pasa tal-cual está expresada en este título, trataré de argumentar por qué:
1) una vez más hay un Yo que enuncia la frase, en este caso el Yo, le pide al Tú (que escucha la frase) que no lo abandone. Aquí el cambio radical de sentido. En este caso no es el Yo el que se va, sino que es el Tú quien lo hace. Es el Tú, el que escucha, quien es agente de la acción en este título. 2) Se puede argumentar, como lo hice en el caso del título en inglés, que to let go es una acción del Tú; sin embargo, si interpretamos esto así, literalmente, caemos en el error de terminar de un tajo con los diferentes sentidos que se ven presentes en el título original. Da la impresión de que el Yo hace una petición patética, quasi-post-mortem, para que el Tú no la olvide. Acaso el título pudo fácilmente ser: Nunca me olvides. O más fácil aún, Nunca me dejes ir.
Pienso que en este afán ultra-castizo, se comenten los errores más fatales y uno de ellos (no es mi problema definitivamente) es el concerniente a la subestimación de los lectores. Honestamente, si el traductor se esfuerza demasiado en lograr que un manchego paciego entienda a pie juntillas lo que un japonés criado en Inglaterra quizo decir con Never Let me go, está de verdad causándole un gran mal. Si yo quiero leer a Ishuguro, esto dispuesto ciertamente dispuesto, del mismo modo a pelearme con los sentidos que éste quizo dar. Ese es mi problema, el otro, no.
Me gustaría saber qué piensan los asiduos lectores de Ishiguro (G y el Fantasma) y el gran maestro del atraducción poblana (El guerrillero).