lunes, 31 de octubre de 2005

En estos días mi madre no me habla. Sin una explicación convincente, mi madre ha dejado de dirigirme la palabra, asumo que es por cierto criterio que tiene sobre mis hábitos alimenticios, en verdad no lo sé. Cuando se pone así es símplemente imposible de tratar, anda de aquí para allá hablando con todo mundo, cantando, silbando o sentada en el comedor leyendo cualquier cosa, únicament ignorándome a mí. Desde que tengo memoria ha hecho este tipo de cosas conmigo: ignorarme. Y estoy casi seguro que lo ha hecho muchas más veces conmigo que con cualquiera otro de mis hermanos. A pesar de lo que todo mundo diga, por eso y otras razones, yo no soy ni puedo ser "el favorito" de mi mamá.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

aa, pobre Renato, su mami no lo quiere, mi vido, Ja ja

Anónimo dijo...

mmm la indiferencia es una de las cosas más insoportables de la vida, y más cuando provienen de la madre... tienen esa gran habilidad para hacerte sentir culpable, y lo peor es que ni siquiera sabes por qué...

Anónimo dijo...

ya evítale la molestia de ignorarte y date un tiro...
jejeje