(Talvez logremos recordar, cuando nos hayamos ido, el calor de los cuerpos, el hálito de las bocas, lo filoso de las uñas, el olor de los cabellos.)
Déjame que te recuerde que la última vez que nos vimos el orgullo pudo más que tus deseos. Ojalá no vayas a seguir con eso, espero en dios que no vayas a seguir con eso. Despreocútate, no seguiré.
(Uno debe recordar el tipo de cosas que no debe olvidar, uno debe insistir en la memoria, uno debe tratar de no olvidar.)
¿Por qué no volviste? Espero que no sigas con eso. Olvidémonos de la satisfacciósn, recuerdo barbárico, remanente animal, olvidémosla por completo, pensemos: ¿qué es la satisfacción sino el placer puramente animal de presenciar cosas hechas -bien hechas -, logradas, terminadas, pulcras, primitivas? ¿Para qué queremos la satisfacción sino para recordar todo lo animal que somos?
lunes, 23 de enero de 2006
martes, 3 de enero de 2006
Saturno devorando a sus hijos
Es cuando las personas se desnudan y cuando tocan su cuerpo sin pensarlo, cuando las añoranzas juveniles ceden su lugar a las despreocupaciones emocionales propias de la edad adulta; es cuando el recuerdo del día más feliz en la preparatoria se vuelve borroso e incierto, es cuando la parte más emocionante de aquel viaje no alcanza a ser tan evidente ni con la fotografía en la mano, es así, irremediablemente, cuando nos vamos haciendo más viejos y la memoria nos abandona.
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